1
Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto
2
Porque he aquí que braman tus enemigos; y tus aborrecedores han alzado cabeza
3
Sobre tu pueblo han consultado con prudencia, y han entrado en consejo contra tus escondidos
4
Han dicho: Venid, y cortémoslos de ser pueblo, y no haya más memoria del nombre de Israel
5
Por esto han conspirado de corazón a una, contra ti han hecho liga
6
las tiendas de los idumeos y de los ismaelitas, Moab y los agarenos
7
Gebal, Amón, y Amalec; Filistea con los habitantes de Tiro
8
También el assur se ha juntado con ellos; Son por brazo a los hijos de Lot. (Selah.
9
Hazles como a Madián; Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón
10
que perecieron en Endor, fueron hechos muladar de la tierra
11
Pon a ellos y a sus capitanes como a Oreb y como a Zeeb; como a Zeba y como a Zalmuna, a todos sus príncipes
12
que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios
13
Dios mío, ponlos como a torbellino; como a hojarascas delante del viento
14
Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque
15
Persíguelos así con tu tempestad, y asombralos con tu torbellino
16
Llena sus rostros de vergüenza; y busquen tu Nombre, oh SEÑOR
17
Sean afrentados y turbados para siempre; y sean deshonrados, y perezcan
18
Y conozcan que tu nombre es el SEÑOR; tú solo Altísimo sobre toda la tierra