19 Y vinieron a él su madre y hermanos; y no podían llegar a él por causa de la multitud
20 Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte
21 El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen mi palabra, y la hacen
22 Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron
23 Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y se anegaban de agua, y peligraban
24 Y acercándose a él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él, increpó al viento y a la furia del agua; y cesaron, y fue hecha grande bonanza
25 Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen
26 Y navegaron a la tierra de los gadarenos, que está delante de Galilea
27 Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros
28 El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes
29 (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliera del hombre, porque ya de mucho tiempo le arrebataba; y le guardaban preso con cadenas y grillos; mas rompiendo las prisiones, era agitado del demonio por los desiertos.
30 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él
31 Y le rogaban que no les mandara ir al abismo
32 Y había allí un hato de muchos puercos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejara entrar en ellos; y los dejó
33 Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato de ellos se arrojó por un despeñadero en el lago, y se ahogó
34 Y los pastores, como vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por las heredades
35 Y salieron a ver lo que había acontecido; y vinieron a Jesús, y hallaron sentado al hombre de quien habían salido los demonios, vestido, y en su juicio, a los pies de Jesús; y tuvieron miedo
36 Y les contaron los que lo habían visto, cómo había sido salvado aquel endemoniado
37 Entonces toda la multitud de la tierra de los gadarenos alrededor, le rogaron que se fuera de ellos; porque tenían gran temor. Y él, subiendo en el barco, se devolvió
38 Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo
39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, predicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él
40 Y aconteció que volviendo Jesús, le recibió la multitud; porque todos le esperaban
41 Y he aquí un varón, llamado Jairo, y que era príncipe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrara en su casa
42 porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la multitud
43 Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada
44 acercándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre
45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado
46 Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí
47 Entonces, cuando la mujer vio que no se podía esconder, vino temblando, y postrándose delante de él le declaró delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana
48 Y él dijo: Confía hija, tu fe te ha salvado; ve en paz
49 Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija está muerta, no des trabajo al Maestro
50 Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva
51 Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la niña
52 Y lloraban todos, y la plañían. Y él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme
53 Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta
54 Y él, echados todos fuera, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha, levántate
55 Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego; y él mandó que le dieran de comer
56 Y sus padres estaban fuera de sí; a los cuales él mandó, que a nadie dijeran lo que había sido hecho

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 8:19 Entonces su madre y sus hermanos llegaron a donde El estaba, pero no podían acercarse a El debido al gentío.

English Standard Version ESV

Luke 8:19 Then his mother and his brothers came to him, but they could not reach him because of the crowd.

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Luke 8:19 Then His mother and brothers came to Him, and could not approach Him because of the crowd.

Nueva Traducción Viviente NTV

Lucas 8:19 La verdadera familia de Jesús
Entonces la madre y los hermanos de Jesús vinieron a verlo, pero no pudieron acercarse a él debido a la gran cantidad de gente.

Nueva Versión Internacional NVI

Lucas 8:19 La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero como había mucha gente, no lograban acercársele.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Lucas 8:19 Y vinieron á él su madre y hermanos; y no podían llegar á el por causa de la multitud.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Lucas 8:19 Y vinieron a él su madre y hermanos; y no podían llegar a él por causa de la multitud.

Herramientas de Estudio para Lucas 8:19-56