33
Y un samaritano que transitaba, viniendo cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia
34
y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole sobre su cabalgadura, le llevó a un mesón, y lo curó
35
Y otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al huésped, y le dijo: Cúralo; y todo lo que gastares de más, cuando yo vuelva te lo pagaré
36
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo de aquel que cayó entre ladrones
37
Y él dijo: El que usó con él de misericordia. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo
38
Y aconteció que yendo, entró él en una aldea; y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa
39
Y ésta tenía una hermana que se llamaba María, la cual sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra
40
Pero Marta se distraía en muchos servicios; y sobreviniendo, dice: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile pues, que me ayude
41
Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, cuidadosa estás, y con las muchas cosas estás turbada
42
pero sólo una cosa es necesaria; y María escogió la buena parte, la cual no le será quitada