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al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón a Egipto
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diciendo a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido
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Y entonces hicieron el becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron
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Y Dios se apartó, y los entregó a que sirvieran al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, Casa de Israel
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Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán; figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré pues, más allá de Babilonia
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Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como les ordenó Dios, hablando a Moisés que lo hiciera según la forma que había visto
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El cual recibido, lo introdujeron también nuestros padres con Jesús {Josué en Heb.} en la posesión de los gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David
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el cual halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob
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Mas Salomón le edificó casa
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Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como el profeta dice
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El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis?, Dice el Señor; ¿o cuál es el lugar de mi reposo
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¿No hizo mi mano todas estas cosas
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Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros
52
¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores
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que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis
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Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él
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Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios
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y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios
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Entonces ellos dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él
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y echándolo fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo
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Y apedrearon a Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu
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Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió en el Señor