3
Oye, pues, oh Israel, y guarda que los hagas, para que te vaya bien, y seáis muy multiplicados, (como te ha dicho el SEÑOR el Dios de tus padres) en la tierra que destila leche y miel
4
Oye, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es
5
Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todo tu poder
6
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón
7
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y acostado en la cama, y levantándote
8
y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos
9
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas
10
Y será, cuando el SEÑOR tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, para dártela a ti; ciudades grandes y buenas que tú no edificaste
11
y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste; viñas y olivares que tú no plantaste; luego que comas y te sacies
12
guárdate que no te olvides del SEÑOR, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos
13
Al SEÑOR tu Dios temerás, y a él servirás, y por su nombre jurarás