8
El SEÑOR ha jurado por su diestra y por su fuerte brazo: Nunca más daré tu grano por alimento a tus enemigos, ni hijos de extranjeros beberán tu mosto, por el que trabajaste;
9
pero los que lo cosechen, lo comerán y alabarán al SEÑOR; y los que lo recolecten, lo beberán en los atrios de mi santuario.
10
Pasad, pasad por las puertas; abrid camino al pueblo. Construid, construid la calzada; quitad las piedras, alzad estandarte sobre los pueblos.
11
He aquí, el SEÑOR ha proclamado hasta los confines de la tierra: Decid a la hija de Sion: "He aquí, tu salvación viene; he aquí, su galardón está con El, y delante de El su recompensa."
12
Y los llamarán: Pueblo Santo, redimidos del SEÑOR. Y a ti te llamarán: Buscada, ciudad no abandonada.