16
Porque no contenderé para siempre, ni siempre estaré enojado, pues el espíritu desfallecería ante mí, y el aliento de los que yo he creado.
17
A causa de la iniquidad de su codicia, me enojé y lo herí; escondí mi rostro y me indigné, y él siguió desviándose por el camino de su corazón.
18
He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran,
19
poniendo alabanza en los labios. Paz, paz al que está lejos y al que está cerca dice el SEÑORy yo lo sanaré.
20
Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21
No hay pazdice mi Diospara los impíos.