39
Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame.
40
Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
41
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas.
42
Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
43
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles.
44
Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;
45
vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno.
46
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47
alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.