4
Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
5
a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.
6
Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!