2 Chronicles 36:14
All the officers of the priests and the people likewise were exceedingly unfaithful, following all the abominations of the nations. And they polluted the house of the LORD that he had made holy in Jerusalem.
La Biblia de las Américas (Español) BLA
2 Crónicas 36:14
Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, y siguieron todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén.
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
2 Crónicas 36:14
Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la rebelión, rebelándose conforme a todas las abominaciones de los gentiles, y contaminando la Casa del SEÑOR, la cual él había santificado en Jerusalén
2 Chronicles 36:14
Moreover all the leaders of the priests and the people transgressed more and more, according to all the abominations of the nations, and defiled the house of the Lord which He had consecrated in Jerusalem.
Nueva Traducción Viviente NTV
2 Crónicas 36:14
Asimismo, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo se volvieron cada vez más infieles. Siguieron todas las prácticas paganas de las naciones vecinas y profanaron el templo del Señor que había sido consagrado en Jerusalén.
Nueva Versión Internacional NVI
2 Crónicas 36:14
También los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos y contaminaron el templo que el SEÑOR había consagrado para sí en Jerusalén.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
2 Crónicas 36:14
Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las gentes, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalem.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
2 Crónicas 36:14
Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la rebelión, rebelándose conforme a todas las abominaciones de los gentiles, y contaminando la Casa del SEÑOR, la cual él había santificado en Jerusalén.