10
Y sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, una tierra con grandes y espléndidas ciudades que tú no edificaste,
11
y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y te sacies;
12
entonces ten cuidado, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
13
Temerás sólo al SEÑOR tu Dios; y a El adorarás, y jurarás por su nombre.
14
No seguiréis a otros dioses, a ninguno de los dioses de los pueblos que os rodean,
15
porque el SEÑOR tu Dios, que está en medio de ti, es Dios celoso, no sea que se encienda la ira del SEÑOR tu Dios contra ti, y El te borre de la faz de la tierra.
16
No tentaréis al SEÑOR vuestro Dios, como le tentasteis en Masah.
17
Debéis guardar diligentemente los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado.
18
Y harás lo que es justo y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró que daría a tus padres,
19
echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha dicho.
20
Cuando en el futuro tu hijo te pregunte, diciendo: "¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los juicios que el SEÑOR nuestro Dios os ha mandado?",