6
Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.
7
No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor,
8
siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.
9
Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición,