3
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; pues un leño del bosque es cortado, lo trabajan las manos de un artífice con la azuela;
4
con plata y oro lo adornan, con clavos y martillos lo aseguran para que no se mueva.
5
Como los espantapájaros de un pepinar, sus ídolos no hablan; tienen que ser transportados, porque no andan. No les tengáis miedo, porque no pueden hacer mal, ni tampoco hacer bien alguno.