16
Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo.
17
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato?
18
Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó.
19
Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo?
20
Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo.
21
Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito.
22
Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios;
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y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso,
24
ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella,
25
a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros.
26
Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él.
27
Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él.
28
Y en la iglesia, Dios ha designado: primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas.
29
¿Acaso son todos apóstoles? ¿Acaso son todos profetas? ¿Acaso son todos maestros? ¿Acaso son todos obradores de milagros?
30
¿Acaso tienen todos dones de sanidad? ¿Acaso hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos?
31
Mas desead ardientemente los mejores dones. Y aún yo os muestro un camino más excelente.