11
Sin embargo, en el Señor, ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre independiente de la mujer.
12
Porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer; y todas las cosas proceden de Dios.
13
Juzgad vosotros mismos: ¿es propio que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?
14
¿No os enseña la misma naturaleza que si el hombre tiene el cabello largo le es deshonra,
15
pero que si la mujer tiene el cabello largo le es una gloria? Pues a ella el cabello le es dado por velo.
16
Pero si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni la tienen las iglesias de Dios.
17
Pero al daros estas instrucciones, no os alabo, porque no os congregáis para lo bueno, sino para lo malo.
18
Pues, en primer lugar, oigo que cuando os reunís como iglesia hay divisiones entre vosotros; y en parte lo creo.
19
Porque es necesario que entre vosotros haya bandos, a fin de que se manifiesten entre vosotros los que son aprobados.
20
Por tanto, cuando os reunís, esto ya no es comer la cena del Señor,
21
porque al comer, cada uno toma primero su propia cena; y uno pasa hambre y otro se embriaga.