8
Tus estatutos guardaré, no me dejes enteramente.
9
BET ¿Con qué limpiará el joven su camino? Cuando guardare tu palabra.
10
Con todo mi corazón te he buscado, no me dejes errar de tus mandamientos.
11
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
12
Bendito tú, oh SEÑOR, enséñame tus estatutos.
13
Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
14
En el camino de tus testimonios me he gozado, como sobre toda riqueza.
15
En tus mandamientos meditaré, y consideraré tus caminos.
16
En tus estatutos me recrearé, no me olvidaré de tus palabras.
17
GUIMEL Haz este bien a tu siervo que viva, y guarde tu palabra.
18
Destapa mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
19
Advenedizo soy yo en la tierra, no encubras de mí tus mandamientos.
20
Quebrantada está mi alma de desear tus juicios todo el tiempo.
21
Reprendiste a los soberbios, malditos los que yerran de tus mandamientos.
22
Aparta de mí, oprobio y menosprecio; porque tus testimonios he guardado.
23
Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí, hablando tu siervo según tus estatutos.
24
Pues tus testimonios son mis deleites, y mis consejeros.
25
DALET Se apegó con el polvo mi alma, vivifícame según tu palabra.
26
Mis caminos te conté, y me has respondido; enséñame tus estatutos.
27
Hazme entender el camino de tus mandamientos, y meditaré de tus maravillas.
28
Se deshace mi alma de ansiedad, confírmame según tu palabra.