18
Porque no osaría hablar alguna cosa que el Cristo no haya hecho por mí, para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
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con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del Evangelio del Cristo.
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Y de esta manera me prediqué este Evangelio, no donde antes el Cristo fuese nombrado, por no edificar sobre fundamento ajeno;
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sino, como está escrito: A los que no fue anunciado de él, verán; y los que no oyeron, entenderán.
22
Por lo cual aun he sido impedido muchas veces de venir a vosotros.
23
Mas ahora teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros hace muchos años,
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cuando partiere para España, iré a vosotros; porque espero que pasando os veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de vosotros.
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Mas ahora parto para Jerusalén a ministrar a los santos.
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Porque los de Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los pobres de los santos que están en Jerusalén.
27
Porque les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.
28
Así que, cuando hubiere concluido esto, y les hubiere consignado este fruto, pasaré a vosotros a España.