21
El pecador menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.
22
¿No yerran los que piensan mal? Pero los que piensan bien alcanzarán misericordia y verdad.
23
En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece.
24
La corona de los sabios es su sabiduría; mas lo que distingue a los locos es su locura.
25
El testigo verdadero libra las almas; mas el engañoso hablará mentiras.
26
En el temor del SEÑOR está la fuerte confianza; y allí sus hijos tendrán esperanza.
27
El temor del SEÑOR es manantial de vida, para ser apartado de los lazos de la muerte.
28
En la multitud del pueblo está la gloria del rey; y en la falta del pueblo la flaqueza del príncipe.
29
El que tarde se aíra, es grande de entendimiento; mas el corto de espíritu engrandece la locura.
30
El corazón apacible es vida a la carne; mas la envidia, pudrimiento de huesos.
31
El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.