25
Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino; para que no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión.
26
De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
27
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No adulterarás.
28
Mas yo os digo, que cualquiera que mira a la mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
29
Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al quemadero.
30
Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al quemadero.
31
También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su mujer, déle carta de divorcio.
32
Mas yo os digo, que el que repudiare a su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.
33
Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No te perjurarás; mas pagarás al Señor tus juramentos.
34
Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
35
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
36
Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco o negro.
37
Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
38
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39
Mas yo os digo: No resistáis con mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
40
y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;
41
y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.
42
Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.
43
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44
Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen;
45
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos e injustos.