11
Y ellos se llenaron de rabia; y hablaban los unos a los otros qué harían a Jesús.
12
Y aconteció en aquellos días, que fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
13
Y como fue de día, llamó a sus discípulos, y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:
14
A Simón, al cual también llamó Pedro, y a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,
15
Mateo y Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón el que se llama Zelote,
16
Judas, hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que también fue el traidor.
17
Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, en compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido a oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
18
y los que eran atormentados de espíritus inmundos eran curados.
19
Y toda la multitud procuraba tocarle; porque salía de él virtud, y sanaba a todos.
20
Y alzando él los ojos a sus discípulos, decía: Bienaventurados los pobres; porque vuestro es el Reino de Dios.
21
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.