6
Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí es entregada, y a quien quiero la doy;
7
pues si tú adorares delante de mí, serán todos tuyos.
8
Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete detrás de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo adorarás, y a él solo servirás.
9
Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre las almenas del Templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
10
porque escrito está: Que a sus ángeles mandará de ti, que te guarden;
11
y en las manos te llevarán, para que no dañes tu pie en piedra.
12
Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
13
Y acabada toda tentación, el diablo se fue de él por un tiempo.
14
Y Jesús volvió en virtud del Espíritu a Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor,
15
Y él enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos.
16
Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer.
17
Y le fue dado el libro del profeta Isaías; y cuando abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18
El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados;
19
para pregonar el año agradable del Señor.
20
Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
22
Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
23
Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán : Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
24
Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
25
Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, que hubo una gran hambre en toda la tierra;
26
pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda.