11
¿Y cuál padre de vosotros, si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra?, o, si pescado, ¿en lugar de pescado, le dará una serpiente?
12
O, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión?
13
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren de él?
14
Y estaba él lanzando un demonio, el cual era mudo; y aconteció que salido fuera el demonio, el mudo habló y la multitud se maravilló.
15
Y algunos de ellos decían: En Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.
16
Y otros, tentándolo, pedían de él señal del cielo.
17
Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra si mismo, no permanecerá.
18
Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? Ya que decís que en Beelzebú echo yo fuera los demonios.
19
Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebú, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
20
Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, cierto el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
21
Cuando el fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee.