25
Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
26
No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinaréis.
27
No cortaréis en redondo las extremidades de vuestras cabezas, ni dañarás la punta de tu barba.
28
Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo soy el SEÑOR.
29
No contaminarás tu hija haciéndola fornicar; para que no se prostituya la tierra, y se llene de maldad.
30
Mis sábados guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo soy el SEÑOR.
31
No os volváis a los encantadores y a los adivinos; no los consultéis ensuciándoos con ellos. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
32
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo soy el SEÑOR.
33
Y cuando el extranjero morare contigo en vuestra tierra, no le oprimiréis.
34
Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que peregrinare entre vosotros; y ámalo como a ti mismo; porque peregrinos fuisteis en la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
35
No hagáis agravio en juicio, en medida de tierra , ni en peso, ni en otra medida.
36
Balanzas justas, pesas justas, efa justo, e hin justo tendréis. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.
37
Guardad pues todos mis estatutos, y todos mis derechos, y ponedlos por obra. Yo soy el SEÑOR.