2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
3 dejó a Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4 Y era necesario que pasase por Samaria.
5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria que se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a José su hijo.
6 Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó a la fuente. Era como la hora sexta.
7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dice: Dame de beber.
8 (Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.)
9 Y la mujer samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú pedirías de él, y él te daría agua viva.
11 La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?
12 ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
15 La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla.
16 Jesús le dice: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
17 Respondió la mujer, y le dijo: No tengo marido. Le dice Jesús: Bien has dicho: No tengo marido;
18 porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
19 Le dice la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde es necesario adorar.
21 Le dice Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud viene de los Judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren.
25 Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
26 Le dice Jesús: Yo Soy, que hablo contigo.
27 Y en esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con aquella mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O, ¿Qué hablas con ella?
28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres:
29 Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
31 Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
32 Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Juan 4:2 (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos),

English Standard Version ESV

John 4:2 (although Jesus himself did not baptize, but only his disciples),

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Juan 4:2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos)

King James Version KJV

John 4:2 (Though Jesus himself baptized not, but his disciples,)

New King James Version NKJV

John 4:2 (though Jesus Himself did not baptize, but His disciples),

Nueva Traducción Viviente NTV

Juan 4:2 (aunque no era Jesús mismo quien los bautizaba sino sus discípulos).

Nueva Versión Internacional NVI

Juan 4:2 (aunque en realidad no era Jesús quien bautizaba sino sus discípulos).

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Juan 4:2 (Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),

Herramientas de Estudio para Juan 4:2-32