7
Y dijo al pueblo: Pasad, y cercad la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca del SEÑOR.
8
Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuernos de carneros, pasaron delante del arca del SEÑOR, y tocaron las trompetas; y el arca del pacto del SEÑOR los seguía.
9
Y los armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la congregación iba detrás del arca, andando y tocando trompetas.
10
Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no daréis grita, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces daréis grita.
11
El arca pues del SEÑOR dio una vuelta alrededor de la ciudad, y volvieron luego al real, en el cual pasaron la noche.
12
Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca del SEÑOR.
13
Y los siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuernos de carneros, fueron delante del arca del SEÑOR, andando siempre y tocando las trompetas; y los armados iban delante de ellos, y la congregación iba detrás del arca del SEÑOR, andando y tocando las trompetas.
14
Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al real; de esta manera hicieron por seis días.
15
Y al séptimo día se levantaron cuando subía el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.
16
Y cuando los sacerdotes hubieron tocado las trompetas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad grita, porque el SEÑOR os ha entregado la ciudad.
17
Mas la ciudad será anatema al SEÑOR, ella con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos.