7
Cíñete ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré, y explícame.
8
¿Por ventura invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte a ti?
9
¿Tienes tú brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como él?
10
Atavíate ahora de majestad y de alteza; y vístete de honra y de hermosura.
11
Esparce furores de tu ira; y mira a todo soberbio, y abátelo.
12
Mira a todo soberbio, y próstralo, y quebranta a los impíos en su asiento.
13
Encúbrelos a todos en el polvo, venda sus rostros en la oscuridad;
14
y yo también te confesaré que podrá salvarte tu diestra.
15
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.
16
He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.
17
Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus genitales son entretejidos.
18
Sus huesos son fuertes como acero, y sus miembros como barras de hierro.
19
El es la cabeza de los caminos de Dios; el que lo hizo, acercará de él su cuchillo.
20
Ciertamente los montes llevan renuevo para él; y toda bestia del campo retoza allá.
21
Se echará debajo de las sombras, en lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos.
22
Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo cercan.
23
He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca.
24
Su hacedor lo tomará por sus ojos en tropezaderos, y horadará su nariz.