14
me sobrevino un espanto y un temblor, que estremeció todos mis huesos.
15
Y un espíritu que pasó por delante de mí, hizo que se erizara el vello de mi carne.
16
Se paró un fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía:
17
¿Por ventura será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo?
18
He aquí que en sus siervos no confía, y en sus ángeles halló locura.
19
¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados de la polilla!
20
De la mañana a la tarde son quebrantados, y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.
21
¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y no lo saben.