22
Y su alma se acercará al sepulcro, y su vida a los enterradores.
23
Si tuviera cerca de él algún elocuente anunciador muy escogido, que anuncie al hombre su justicia;
24
que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención;
25
se enternecerá su carne más que de niño, y volverá a los días de su juventud.
26
Orará a Dios, y le amará, y verá su faz con júbilo; y él dará al hombre el pago de su justicia.
27
El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;
28
Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz.
29
He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre;
30
para apartar su alma del sepulcro, y para ilustrarlo con la luz de los vivientes.
31
Escucha, Job, y óyeme; calla, y yo hablaré.
32
Y si tuvieres palabras, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar.
33
Y si no, óyeme tú a mí; calla, y te enseñaré sabiduría.