1
Y volvió Job a tomar su propósito, y dijo:
2
Vive el Dios que me quitó mi derecho, y el Omnipotente, que amargó mi alma,
3
que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices,
4
mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño.
5
Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad.
6
Mi justicia tengo asida, y no la cederé; no me reprochará mi corazón en todos mis días.
7
Sea como el impío mi enemigo, y como el inicuo mi adversario.