6
Oíd, pues, ahora mi disputa, y estad atentos a los argumentos de mis labios.
7
¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?
8
¿Habéis vosotros de hacerle honra? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?
9
¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?
10
El os redargüirá duramente, si en lo secreto le hicieses tal honra.
11
De cierto su alteza os había de espantar, y su pavor había de caer sobre vosotros.
12
Vuestras memorias serán comparadas a la ceniza, y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.
13
Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere.
14
¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi palma?
15
He aquí , aunque me matare, en él esperaré; pero defenderé delante de él mis caminos.
16
Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el impío.