20
Por tanto, oíd el consejo del SEÑOR, que ha acordado sobre Edom; y sus pensamientos, que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente los más pequeños del hato los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
21
Del estruendo de la caída de ellos la tierra tembló, y el grito de su voz se oyó en el mar Bermejo.
22
He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas sobre Bosra; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias.
23
De Damasco: Se confundió Hamat, y Arfad, porque oyeron malas nuevas; se derritieron en aguas de desmayo, no pueden sosegarse.
24
Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor; angustia y dolores le tomaron, como de mujer que está de parto.
25
¡Cómo no perdonaron a la ciudad de alabanza, ciudad de mi gozo!
26
Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
27
Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las casas de Ben-adad.
28
De Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales hirió Nabucodonosor rey de Babilonia. Así dijo el SEÑOR: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid los hijos de oriente (de Cedem ).
29
Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas, y todos sus vasos, y sus camellos, tomarán para sí; y llamarán contra ellos miedo alrededor.
30
Huid, idos muy lejos, meteos en simas para estar, oh moradores de Hazor, dijo el SEÑOR; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado designio.
31
Levantaos, subid a gente pacífica, que vive confiadamente, dice el SEÑOR, que ni tienen puertas ni cerrojos, que viven solos.
32
Y serán sus camellos por presa, y la multitud de sus ganados por despojo; y los esparciré por todos los vientos, echados hasta el postrer rincón; y de todos sus lados les traeré su ruina, dijo el SEÑOR.
33
Y Hazor será morada de dragones, soledad para siempre; ninguno morará allí, ni la habitará hijo de hombre.
34
Palabra del SEÑOR que vino a Jeremías profeta acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo:
35
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, principio de su fortaleza.
36
Y traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro cantones del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; ni habrá gente adonde no vengan extranjeros de Elam.
37
Y haré que Elam tenga temor delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su alma; y traeré sobre ellos mal, y el furor de mi enojo, dijo el SEÑOR; y enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe.
38
Y pondré mi trono en Elam, y perderé de allí rey y príncipes, dijo el SEÑOR.
39
Mas acontecerá en lo postrero de los días, que haré tornar la cautividad de Elam, dijo el SEÑOR.