4
Decid a los medrosos de corazón: Confortaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago, el mismo Dios vendrá, y os salvará.
5
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos; y los oídos de los sordos se abrirán.
6
Entonces el cojo saltará como un ciervo; y alabará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y arroyos en la soledad.
7
El lugar seco será tornado en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la habitación de dragones, en su cama, será lugar de cañas y de juncos.
8
Y habrá allí camino y calzada, y se llamará Camino de Santidad; no pasará por él hombre inmundo; y habrá para ellos en él quien los acompañe, de tal manera que los insensatos no yerren.
9
No habrá allí león, ni bestia fiera subirá por él, ni allí se hallará; para que puedan caminar los redimidos.
10
Y los redimidos del SEÑOR volverán, y vendrán a Sion con cánticos; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y retendrán el gozo, y la alegría, y huirán la tristeza y el gemido.