5
El mezquino nunca más será llamado liberal, ni será dicho generoso el avariento.
6
Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad; y para hablar escarnio contra el SEÑOR; dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
7
Cierto los avaros malas medidas tienen ; él maquina pensamientos para enredar a los simples con palabras cautelosas; y para hablar en juicio contra el pobre.
8
Mas el liberal pensará liberalidades; y por liberalidades subirá.
9
Mujeres reposadas, levantaos; oíd mi voz; mujeres confiadas, escuchad mi razón.
10
Días y años tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no acudirá.
11
Temblad, oh reposadas; turbaos, oh confiadas. Despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio .
12
Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
13
Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
14
Porque los palacios serán desiertos, el estruendo de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada,
15
hasta que sobre nosotros sea derramado espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado; y el campo labrado sea estimado por bosque.
16
Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia.
17
Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre.
18
Y mi pueblo habitará en morada de paz: y en habitaciones seguras, y en refrigerios de reposo.
19
Y el granizo, cuando descendiere, será en los montes; y la ciudad será del todo abatida.
20
Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas las aguas; los que aréis con buey y con asno.