10
Y contasteis las casas de Jerusalén; y derribasteis casas para fortificar el muro.
11
E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas de la pesquera vieja; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis desde la antiguedad al que lo labró.
12
Por tanto, el Señor DIOS de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas; a raparse el cabello y a vestir cilicio.
13
Y he aquí gozo y alegría, matando vacas, y degollando ovejas, comer carne y beber vino, deciendo : Comamos y bebamos, que mañana moriremos.
14
Esto fue revelado a mis oídos de parte del SEÑOR de los ejércitos: Que este pecado no os será purgado hasta que muráis, dice el Señor DIOS de los ejércitos.
15
El SEÑOR de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile :
16
¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes tú aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña?
17
He aquí que el SEÑOR te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.
18
Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra larga de términos; allá morirás, y allá fenecerán los carros de tu gloria, vergüenza de la casa de tu Señor.
19
Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.
20
Y será, que en aquel día llamaré a mi siervo Eliacim, hijo de Hilcías.
21
Y lo vestiré de tus vestiduras, y le fortaleceré con tu talabarte; y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.
22
Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.
23
Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre.
24
Y colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos, y los nietos, todos los vasos menores, desde los vasos de beber hasta todos los instrumentos de música.
25
En aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado, y será quebrado y caerá; y la carga que sobre él se puso, se echará a perder; porque el SEÑOR habló.