17
El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y ensalzó al pueblo, siendo ellos extranjeros en la tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.
18
Y por tiempo como de cuarenta años soportó sus costumbres en el desierto;
19
y destruyendo las siete naciones en la tierra de Canaán, les repartió por suerte la tierra de ellas.
20
Y después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel.
21
Y entonces demandaron rey; y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años.
22
Y quitado aquel, les levantó por rey a David, del que dio también testimonio, diciendo: He hallado a David, hijo de Jessé, varón conforme a mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.
23
De la simiente de éste, Dios, conforme a la promesa, levantó a Jesus por Salvador a Israel;
24
predicando Juan delante de la faz de su venida el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
25
Mas cuando Juan cumpliese su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él ; mas he aquí, viene tras mí uno , cuyo calzado de los pies no soy digno de desatar.
26
Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada esta Palabra de salud.
27
Porque los que habitaban en Jerusalén, y sus príncipes, no conociendo a éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándolo, las cumplieron.
28
Y sin hallar en él causa de muerte, pidieron a Pilato que le matase.
29
Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.
30
Mas Dios le levantó de los muertos.
31
Y él fue visto por muchos días de los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales hasta ahora son sus testigos al pueblo.
32
Y nosotros también os anunciamos el Evangelio de aquella promesa que fue hecha a los padres,
33
la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesus; como también en el salmo segundo está escrito: Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy.
34
Y que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles prometidas a David.
35
Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu Santo vea corrupción.
36
Porque a la verdad David, habiendo servido en su generación a la voluntad de Dios, durmió, y fue juntado con sus padres, y vio corrupción.
37
Mas aquel que Dios levantó, no vio corrupción.