18
Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí.
19
Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu Santo: He aquí, tres hombres te buscan.
20
Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado.
21
Entonces Pedro, descendiendo a los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
22
Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nación de los judíos, ha recibido respuesta por un santo ángel, de hacerte venir a su casa, y oír de ti palabras.
23
Entonces metiéndolos dentro, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.
24
Y al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo llamado a sus parientes y los amigos más familiares.
25
Y cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle; y derribándose a sus pies, adoró.
26
Y Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
27
Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían juntado.
28
Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable a un varón judío juntarse o llegarse a extranjero; mas me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;