11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados.
12 Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas descoyuntadas.
13 Y haced derechos pasos a vuestros pies, para que lo que es cojo no salga fuera de camino; antes sea sanado.
14 Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios; que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados.
16 Que ninguno sea fornicario o profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura.
17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue reprobado, que no halló lugar de arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
18 Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,
19 y al sonido de la trompeta, y a la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más;
20 (porque no podían tolerar lo que se decía: y, si una bestia tocare al monte, será apedreada, o pasada con dardo;
21 y tan terrible cosa era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy asombrado y temblando).
22 Mas os habéis llegado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios viviente, Jerusalén la celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 y a la Congregación de la Iglesia de los Primogénitos que están tomados por lista en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a los espíritus de los justos ya perfectos,
24 y a Jesús el Mediador del Nuevo Testamento; y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel.
25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si desecháramos al que habla desde los cielos.
26 La voz del cual entonces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado, diciendo: Aún una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
27 Y lo que dice: Aún una vez, declara el quitamiento de las cosas movibles, como de cosas hechizas, para que queden las que son firmes.
28 Así que, tomando el Reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia.
29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Hebreos 12:11 Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.

English Standard Version ESV

Hebrews 12:11 For the moment all discipline seems painful rather than pleasant, but later it yields the peaceful fruit of righteousness to those who have been trained by it.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Hebreos 12:11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son ejercitados

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Hebrews 12:11 Now no chastening seems to be joyful for the present, but painful; nevertheless, afterward it yields the peaceable fruit of righteousness to those who have been trained by it.

Nueva Traducción Viviente NTV

Hebreos 12:11 Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.

Nueva Versión Internacional NVI

Hebreos 12:11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Hebreos 12:11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.

Herramientas de Estudio para Hebreos 12:11-29