13
Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el Evangelio al principio;
14
y no desechasteis ni menospreciasteis mi aflicción que estaba en mi carne; antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como al mismo Cristo Jesús.
15
¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.
16
¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, diciéndoos la verdad?
17
Tienen celos de vosotros, pero no para bien; antes os quieren echar fuera para que vosotros los celéis a ellos.
18
Bueno es ser celosos en bien siempre; y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
19
Hijitos míos, que vuelvo otra vez a estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
20
querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy avergonzado de vosotros.
21
Decidme, los que queréis estar bajo la ley, ¿no habéis oído la ley?
22
Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre.
23
Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa.