6 Y el día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a regocijarse.
7 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
8 Presto se han apartado del camino que yo les mandé, y se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
9 Dijo más el SEÑOR a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
10 Ahora pues, déjame que se encienda mi furor en ellos, y los consuma; y a ti yo te pondré sobre gran gente.
11 Entonces Moisés oró a la faz del SEÑOR su Dios, y dijo: ¡Oh SEÑOR! ¿Por qué se encenderá tu furor en tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte?
12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira, y arrepiéntete del mal de tu pueblo.
13 Acuérdate de Abraham, de Isaac, y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra simiente como las estrellas del cielo; y daré a vuestra simiente toda esta tierra que he dicho, y la tomarán por heredad para siempre.
14 Entonces el SEÑOR se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
15 Y volvió Moisés, y descendió del monte trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de una parte y de otra estaban escritas.
16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.
17 Y oyendo Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento.
18 Y él respondió: No es alarido de respuesta de fuertes, ni alarido de respuesta de flacos; alarido de cantar oigo yo.
19 Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el becerro y las danzas, el furor se le encendió a Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.
20 Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.
21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?
22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.
23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, que a este Moisés, el varón que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.
24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.
25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desnudo, porque Aarón lo había desnudado para vergüenza entre sus enemigos,
26 se puso Moisés a la puerta del real, y dijo: ¿Quién es del SEÑOR? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
27 Y él les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.
28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.
29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado al SEÑOR, porque cada uno se ha consagrado en su hijo, y en su hermano, para que dé él hoy bendición sobre vosotros.
30 Y aconteció que el día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado; mas yo subiré ahora al SEÑOR; por ventura le aplacaré acerca de vuestro pecado.
31 Entonces volvió Moisés al SEÑOR, y dijo: Yo te ruego, pues , este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,
32 que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
33 Y el SEÑOR respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.
34 Ve pues ahora, lleva a este pueblo donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; que en el día de mi visitación yo visitaré en ellos su pecado.
35 Y el SEÑOR hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Éxodo 32:6 Y al día siguiente se levantaron temprano y ofrecieron holocaustos y trajeron ofrendas de paz; y el pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.

English Standard Version ESV

Exodus 32:6 And they rose up early the next day and offered burnt offerings and brought peace offerings. And the people sat down to eat and drink and rose up to play.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Éxodo 32:6 Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a divertirse

King James Version KJV

Exodus 32:6 And they rose up early on the morrow, and offered burnt offerings, and brought peace offerings; and the people sat down to eat and to drink, and rose up to play.

New King James Version NKJV

Exodus 32:6 Then they rose early on the next day, offered burnt offerings, and brought peace offerings; and the people sat down to eat and drink, and rose up to play.

Nueva Traducción Viviente NTV

Éxodo 32:6 Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones paganas.

Nueva Versión Internacional NVI

Éxodo 32:6 En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Éxodo 32:6 Y el día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron pacíficos: y sentóse el pueblo á comer y á beber, y levantáronse á regocijarse.

Herramientas de Estudio para Éxodo 32:6-35