5
Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como al Cristo;
6
no sirviendo para ser visto, como los que agradan solamente a los hombres; sino como siervos del Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;
7
sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;
8
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
9
Y vosotros, amos, haced a ellos lo mismo, dejando las amenazas; sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.
10
Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.
11
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.
13
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, acabado toda la obra .
14
Estad pues firmes , ceñidos vuestros lomos de la verdad, y vestidos de la cota de justicia.
15
Y calzados los pies con el la preparación del Evangelio de la paz;
16
sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17
Y tomad el yelmo de la salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;
18
por toda oración y ruego orando en todo tiempo en el espíritu, y velando en ello con toda instancia y súplica por todos los santos,
19
y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del Evangelio,
20
por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente hable de él, como debo hablar.
21
Mas para que también vosotros sepáis mis negocios, y cómo lo paso, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel siervo en el Señor,
22
al cual os he enviado para esto mismo, para que entendáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.
23
Paz sea a los hermanos y caridad con fe, por Dios Padre y el Señor Jesús, el Cristo.
24
Gracia sea con todos los que aman al Señor nuestro, Jesús, el Cristo en incorrupción. Amén.