2
Honra a tu padre y a tu madre, (que es el primer mandamiento con promesa),
3
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
4
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
5
Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como al Cristo;
6
no sirviendo para ser visto, como los que agradan solamente a los hombres; sino como siervos del Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;
7
sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;
8
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
9
Y vosotros, amos, haced a ellos lo mismo, dejando las amenazas; sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.
10
Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.
11
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del siglo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los cielos.