8
Y a Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim diste a tu buen varón, al cual probaste en Masah; y le hiciste reñir en las aguas de Meriba.
9
El que dijo a su padre y a su madre: Nunca los vi; ni conoció a sus hermanos, ni conoció a sus hijos; por lo cual ellos guardarán tus dichos, y observarán tu pacto.
10
Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; pondrán el incienso a tus narices, y el holocausto sobre tu altar.
11
Bendice, oh SEÑOR, su ministerio, y en la obra de sus manos toma contentamiento; hiere los lomos de sus enemigos, y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten.
12
Y a Benjamín dijo: El amado del SEÑOR habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.
13
Y a José dijo: Bendita sea del SEÑOR su tierra, por los regalos de los cielos, por el rocío, y por el abismo que abajo yace,
14
y por los regalos de los frutos del sol, y por los regalos de las influencias de las lunas,
15
y por la cumbre de los montes antiguos; y por los regalos de los collados eternos,
16
y por los regalos de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la mollera del apartado de sus hermanos.
17
El es hermoso como el primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés.
18
Y a Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; y tú Isacar, en tus tiendas.
19
Llamarán los pueblos al monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia; por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena.
20
Y a Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; como león habitará, y arrebatará brazo y mollera.
21
El vio para sí lo primero, porque allí estaba escondida la parte del legislador, y vino en la delantera del pueblo; la justicia del SEÑOR ejecutará, y sus juicios con Israel.
22
Y a Dan dijo: Dan, cachorro de león; saltará desde Basán.
23
Y a Neftalí dijo: Neftalí, saciado de buena voluntad, y lleno de la bendición del SEÑOR, hereda el occidente y el mediodía,
24
y a Aser dijo: Bendito más que los hijos, Aser; será agradable a sus hermanos, y mojará en aceite su pie.
25
Hierro y bronce serán tus cerraduras, y como tus días será tu fortaleza.
26
No hay otro como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda; en los cielos con su grandeza.
27
La habitación de Dios es eterna, y debajo de brazos eternos; el echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye.
28
E Israel, la fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de vino; también sus cielos destilarán rocío.
29
Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por el SEÑOR, escudo de tu socorro, y cuchillo de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.