2
E hizo lo recto en ojos del SEÑOR, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a diestra ni a siniestra.
3
Y a los dieciocho años del rey Josías, aconteció que envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la Casa del SEÑOR, diciendo:
4
Ve a Hilcías, sumo sacerdote, que cumpla el dinero que se ha metido en la Casa del SEÑOR, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta,
5
y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen cargo de la Casa del SEÑOR, y que lo entreguen a los que hacen la obra en la Casa del SEÑOR, para reparar las aberturas de la Casa;
6
a los carpinteros, a los maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la Casa;
7
y que no se les cuente el dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con fidelidad.
8
Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías a Safán escriba: El libro de la ley he hallado en la Casa del SEÑOR. E Hilcías dio el libro a Safán para que lo leyese.
9
Viniendo luego Safán escriba al rey, dio al rey la respuesta, y dijo: Tus siervos han juntado el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen cargo de la Casa del SEÑOR.
10
Asimismo Safán escriba declaró al rey, diciendo: Hilcías el sacerdote me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
11
Y cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
12
Y mandó el rey a Hilcías el sacerdote, y a Ahicam hijo de Safán, y a Acbor hijo de Micaías, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo: