10
el hijo de Hesed, en Arubot; éste tenía también a Soco y toda la tierra de Hefer.
11
El hijo de Abinadab, en todos los términos de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón;
12
Baana hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido, y en toda Bet-seán, que es cerca de Saretán, abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;
13
el hijo de Geber, en Ramot de Galaad; éste tenía también las ciudades de Jair hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad; tenía también la provincia de Argob, que era en Basán, sesenta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce;
14
Ahinadab hijo de Iddo, en Mahanaim;
15
Ahimaas en Neftalí; éste tomó también por mujer a Basemat hija de Salomón.
16
Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot;
17
Josafat hijo de Parúa, en Isacar;
18
Simei hijo de Ela, en Benjamín;
19
Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, y en la tierra de Sehón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán; y además de éstos había un gobernador general en toda la tierra.
20
Los de Judá y de Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose.
21
Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos, desde el río de la tierra de los filisteos, hasta el término de Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió.
22
Y la despensa de Salomón era cada día treinta coros de flor de harina, y sesenta coros de harina.
23
Diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, cabras, búfalos, y aves engordados.
24
Porque él señoreaba en toda la región que estaba al otro lado del río, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río; y tuvo paz por todos lados en derredor suyo .
25
Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.
26
Tenía además de esto Salomón cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil caballos de cabalgar.
27
Y estos gobernadores mantenían al rey Salomón, y a todos los que a la mesa del rey Salomón venían, cada uno su mes; y hacían que nada faltase.
28
Y traían también cebada y paja para los caballos, y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al cargo que tenía.
29
Y dio Dios a Salomón sabiduría, y prudencia muy grande, y magnanimidad de corazón, como la arena que está a la orilla del mar.
30
Que fue mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.