15
Haced memoria de su alianza perpetuamente, y de la palabra que él mandó en mil generaciones.
16
La cual él concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac;
17
la cual él confirmó a Jacob por estatuto, y a Israel en pacto eterno,
18
diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, cuerda de vuestra herencia;
19
siendo vosotros pocos hombres en número, y peregrinos en ella.
20
Y anduvieron de nación en nación, y de un reino a otro pueblo.
21
No permitió que nadie los oprimiese; antes por amor de ellos castigó a los reyes.
22
No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.
23
Cantad al SEÑOR, toda la tierra; anunciad de día en día su salud.
24
Declarad entre los gentiles su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas.
25
Porque grande es el SEÑOR, y digno de ser grandemente loado, y de ser temido sobre todos los dioses.
26
Porque todos los dioses de los pueblos no son nada; mas el SEÑOR hizo los cielos.
27
Potencia y hermosura están delante de él; fortaleza y alegría en su morada.
28
Atribuid al SEÑOR, oh familias de los pueblos, atribuid al SEÑOR gloria y potencia.
29
Atribuid al SEÑOR la gloria de su nombre; traed presente, y venid delante de él; postraos delante del SEÑOR en la hermosura de su santidad.
30
Temed delante de su presencia, toda la tierra; que el mundo está aún afirmando para que no se conmueva.
31
Los cielos se alegren, y la tierra se goce, y digan en las naciones extrañas : Reina el SEÑOR.
32
El mar truene, y todo lo que en él está; alégrese el campo, y todo lo que contiene.
33
Entonces cantarán los árboles de los bosques delante del SEÑOR, porque viene a juzgar la tierra.
34
Confesad al SEÑOR, porque es bueno; porque su misericordia es eterna.
35
Y decid: Sálvanos, oh Dios, salud nuestra; júntanos, y líbranos de los gentiles, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tu alabanza.