2
Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste.
3
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; Dísteme vida, para que no descendiese á la sepultura.
4
Cantad á Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
5
Porque un momento será su furor; Mas en su voluntad está la vida: Por la tarde durará el lloró, Y á la mañana vendrá la alegría.
6
Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás conmovido;
7
Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
8
A ti, oh Jehová, clamaré; Y al Señor suplicaré.
9
¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo? ¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?
10
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
11
Has tornado mi endecha en baile; Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría.
12
Por tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.