85
Los soberbios me han cavado hoyos; Mas no obran según tu ley.
86
Todos tus mandamientos son verdad: Sin causa me persiguen; ayúdame.
87
Casi me han echado por tierra: Mas yo no he dejado tus mandamientos.
88
Vivifícame conforme á tu misericordia; Y guardaré los testimonios de tu boca.
89
LAMED. Para siempre, oh Jehová, Permenece tu palabra en los cielos.
90
Por generación y generación es tu verdad: Tú afirmaste la tierra, y persevera.
91
Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas criadas; Porque todas ellas te sirven.
92
Si tu ley no hubiese sido mis delicias, Ya en mi aflicción hubiera perecido.
93
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; Porque con ellos me has vivificado.
94
Tuyo soy yo, guárdame; Porque he buscado tus mandamientos.
95
Los impíos me han aguardado para destruirme: Mas yo entenderé en tus testimonios.
96
A toda perfección he visto fin: Ancho sobremanera es tu mandamiento.
97
MEM. ¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
98
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; Porque me son eternos.
99
Más que todos mis enseñadores he entendido: Porque tus testimonios son mi meditación.
100
Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos.
101
De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra.
102
No me aparté de tus juicios; Porque tú me enseñaste.
103
¡Cuán dulces son á mi paladar tus palabras! Más que la miel á mi boca.
104
De tus mandamientos he adquirido inteligencia: Por tanto he aborrecido todo camino de mentira.
105
NUN. Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.
106
Juré y ratifiqué El guardar los juicios de tu justicia.
107
Afligido estoy en gran manera: oh Jehová, Vivifícame conforme á tu palabra.
108
Ruégote, oh Jehová, te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca; Y enséñame tus juicios.
109
De continuo está mi alma en mi mano: Mas no me he olvidado de tu ley.
110
Pusiéronme lazo los impíos: Empero yo no me desvié de tus mandamientos.
111
Por heredad he tomado tus testimonios para siempre; Porque son el gozo de mi corazón.
112
Mi corazón incliné á poner por obra tus estatutos De continuo, hasta el fin.
113
SAMECH. Los pensamientos vanos aborrezco; Mas amo tu ley.
114
Mi escondedero y mi escudo eres tú: En tu palabra he esperado.
115
Apartaos de mí, malignos; Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.