17
No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo:
18
Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada.
19
Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino
20
No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne:
21
Porque el bebedor y el comilón empobrecerán: Y el sueño hará vestir vestidos rotos
22
Oye á tu padre, á aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
23
Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia.
24
Mucho se alegrará el padre del justo: Y el que engendró sabio se gozará con él.
25
Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te engendró.
26
Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
27
Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña.