2
Y Balac hizo como le dijo Balaam: y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.
3
Y Balaam dijo á Balac: Ponte junto á tu holocausto, y yo iré: quizá Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te la noticiaré. Y así se fué solo.
4
Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero
5
Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y díjole: Vuelve á Balac, y has de hablar así.
6
Y volvió á él, y he aquí estaba él junto á su holocausto, él y todos los príncipes de Moab.
7
Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los montes del oriente: Ven, maldíceme á Jacob; Y ven, execra á Israel.
8
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
9
Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré: He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las gentes.
10
¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera mi persona de la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya.
11
Entonces Balac dijo á Balaam: ¿Qué me has hecho? hete tomado para que maldigas á mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones.
12
Y él respondió, y dijo: ¿No observaré yo lo que Jehová pusiere en mi boca para decirlo?
13
Y dijo Balac: Ruégote que vengas conmigo á otro lugar desde el cual lo veas; su extremidad solamente verás, que no lo verás todo; y desde allí me lo maldecirás.
14
Y llevólo al campo de Sophim, á la cumbre de Pisga, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar
15
Entonces él dijo á Balac: Ponte aquí junto á tu holocausto, y yo iré á encontrar á Dios allí.
16
Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y díjole: Vuelve á Balac, y así has de decir.
17
Y vino á él, y he aquí que él estaba junto á su holocausto, y con él los príncipes de Moab: y díjole Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?
18
Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zippor:
19
Dios no es hombre, para que mienta; Ni hijo de hombre para que se arrepienta: El dijo, ¿y no hará?; Habló, ¿y no lo ejecutará
20
He aquí, yo he tomado bendición: Y él bendijo, y no podré revocarla.
21
No ha notado iniquidad en Jacob, Ni ha visto perversidad en Israel: Jehová su Dios es con él, Y júbilo de rey en él
22
Dios los ha sacado de Egipto; Tiene fuerzas como de unicornio.
23
Porque en Jacob no hay agüero, Ni adivinación en Israel: Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios!
24
He aquí el pueblo, que como león se levantará, Y como león se erguirá: No se echará hasta que coma la presa, Y beba la sangre de los muertos.
25
Entonces Balac dijo á Balaam: Ya que no lo maldices, ni tampoco lo bendigas.
26
Y Balaam respondió, y dijo á Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me dijere, aquello tengo de hacer?
27
Y dijo Balac á Balaam: Ruégote que vengas, te llevaré á otro lugar; por ventura parecerá bien á Dios que desde allí me lo maldigas.
28
Y Balac llevó á Balaam á la cumbre de Peor, que mira hacia Jesimón.
29
Entonces Balaam dijo á Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.
30
Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.