5
Y no pudo hacer allí alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6
Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando.
7
Y llamó á los doce, y comenzó á enviarlos de dos en dos: y les dió potestad sobre los espíritus inmundos.
8
Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente báculo; no alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa;
9
Mas que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas.
10
Y les decía: Donde quiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
11
Y todos aquellos que no os recibieren ni os oyeren, saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio á ellos. De cierto os digo que más tolerable será el castigo de los de Sodoma y Gomorra el día del juicio, que el de aquella ciudad.
12
Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.
13
Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite á muchos enfermos, y sanaban.
14
Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él.
15
Otros decían: Elías es. Y otros decían: Profeta es, ó alguno de los profetas.